martes, 6 de julio de 2010

EL COLEGIO ES UN LUGAR DONDE SE APRENDE A CONVIVIR


Cuando hablamos de convivencia, hay una enorme contradicción: La sociedad demanda al Colegio que eduquemos en valores: solidaridad, paz, justicia, tolerancia.

Pero vemos que la sociedad es todo lo contrario: insolidaridad, guerras, injusticia, intolerancia.

Los medios de comunicación se centran en la sociedad del éxito, del consumo, de la violencia, del tener antes que el ser, de la mentira…

Incluso, podríamos decir que una persona educada en estos valores, saldría indefensa a la sociedad.

¿Tendríamos entonces que educar en antivalores? Sería impensable y más cuando se nos llena la boca al hablar de derechos humanos: todo el mundo está de acuerdo.

Algunas familias suelen comparar a sus hijos con otros en relación al número de suspensos, pero no en relación al número de veces que han ayudado a sus compañeros. Es mejor ser el primero de la clase en belleza, en fuerza, en calificaciones.

De esta manera se plantea la contradicción de la Escuela: EDUCAR PARA LA VIDA o EDUCAR EN VALORES.

Como profesores y profesoras tendremos que enseñar la realidad de esta sociedad : EDUCAR PARA LA VIDA y tendremos que enseñar que es posible otra realidad. Para ello tendremos que EDUCAR EN VALORES.

Debemos de convertir el Colegio en un lugar de experimentación de valores. Mostrando que en la vida hay cantidad de personas que no están de acuerdo con esta sociedad y que aportan tiempo, trabajo, esfuerzo y dinero para mejorarla, para cambiarla.

Esa contradicción es necesaria para provocar la reflexión, la crítica, la elección, el COMPROMISO DE CONSTRUIR UNA SOCIEDAD MEJOR.

El Colegio debe de ser un lugar donde se debe de aprender a convivir.

Convivir es algo, sin duda, más importante y urgente que el aprendizaje de muchos contenidos que no cambian la vida de las personas ni mejoran nuestra sociedad.

APRENDER A CONVIVIR


Uno de los cuatro pilares básicos de la educación en el siglo XXI, según el informe Delors de la UNESCO es aprender a convivir. Aprender a conocer, ser, hacer y convivir.
Los alumnos al haber finalizado las diferentes etapas educativas deben de desarrollar una serie de competencias para poder entre otras cosas ejercer la ciudadanía activa. Una de ellas es la competencia social y ciudadana, por la que nuestros alumnos descubrirán los auténticos valores de la convivencia y se comprometerán para la construcción de una sociedad mejor.
La constitución en su artículo 27.1. La Educación tendrá por objeto el desarrollo pleno de la personalidad humana en el respeto de los principios democráticos y de los derechos y libertades fundamentales.
El Decreto 51/2007 de 17 de Mayo regula los Derechos y Deberes de los alumnos. Nos habla de principios democráticos, derechos y libertades fundamentales. Nos habla de adquirir conocimientos, habilidades, emociones para poder integrarse en sociedad. Nos habla de crear un ambiente de convivencia que permita el normal desarrollo de las actividades académicas. Nos habla del respeto, de seguir las orientaciones y directrices del profesorado.
De los padres habla del deber de hacer respetar a sus hijos las normas, las orientaciones y los derechos de todos los miembros de la comunidad educativa.
El Colegio puede reclamar su colaboración. Si rechazan implicarse de forma expresa, el Colegio deberá de ponerlo en conocimiento de las instituciones públicas competentes, con el fin de que adopten las medidas oportunas para garantizar los derechos de los alumnos y el cumplimiento de los deberes (Art. 34.3).

CONVIVENCIA ESCOLAR


Cuando hablamos de convivencia escolar, muchas veces nos limitamos a planteamientos que podemos llamar sectoria­les de la convivencia escolar. Casi todos ellos centrados en la violencia, la disciplina, la mediación, la intimidación, la disrupción, el consenso, las habilidades sociales, las habilidades de comunicación. Son programas, protocolos, campañas, jornadas.
Medidas insuficientes si no hay un planteamiento global de la convivencia. Esto quiere decir que la convivencia debe de convertirse en un clima, en un ambiente, en una atmósfera que se respira en un Centro Educativo. Qué quiero conseguir como centro educativo (socializar, humanizar, transmitir conocimientos). Este planteamiento exige tener en cuenta las necesidades, intereses, sentimientos de todos los miembros de la comunidad educativa, exige tener en cuenta lo que piensan, sienten y hacen en relación a la Convivencia. Se trata de crear un mismo idioma, que todos entendamos lo mismo al hablar de convivencia.
Esto exige evaluar la convivencia en el centro educativo, para tomar conciencia de que está ocurriendo en relación a la convivencia. Tendremos que enfrentarnos a problemas teóricos, prácticos y metodológicos para diagnosticar.

Expertos como Juan Carlos Torrego, Inés Monjas, Jose María Avilés, MJ Díaz Aguado, Isabel Fernández nos pueden ayudar, pero al final lo que interesa es dialogar acerca de la convivencia, porque al dialogar se comprende y al comprender se mejora.
La mejoría es observar, investigar, describir, explicar, analizar, reflexionar, discutir, comprender, llegar a acuerdos, comprometerse, corresponsabilizarse, implicarse, vigilar los acuerdos. Para entender ¿qué está ocurriendo en relación a la convivencia? ¿Por qué está ocurriendo? ¿Qué debe de transformarse? ¿Qué nos puede ayudar?
Lo complicado es encontrar respuesta a esas preguntas pero indudablemente quien hace siempre lo mismo difícilmente encontrará un resultado diferente.

CONCRECIÓN DENTRO DEL CURRICULUM


Es en esa búsqueda de respuestas donde es indispensable la integración significativa de la convivencia en el currículum escolar. Que todas las áreas estén impregnadas de valores que favorezcan la Convivencia. PEC, PC, RRI, Tutorías.
Igual que ocurre con la actividad académica en la que selecciono objetivos, escojo metodologías, elaboro actividades, evalúo logros. La Ed para la Convivencia exigirá un espacio y un tiempo. Si difícil es conseguir el aprendizaje académico más lo es el aprendizaje para la vida, el aprendizaje en valores.
Las competencias nos hablan, de que cada una de las áreas debe de contribuir al desarrollo de diferentes competencias y, a su vez, cada una de las competencias básicas se alcanzará como consecuencia del trabajo en varias áreas o materias
Lo que está claro es que a convivir se aprende. Nadie nace sabiendo convivir con los demás.
Conviene no olvidar que el propio currículo, nos ofrece la enorme posibilidad de educar para la Convivencia, esta educación encaja perfectamente con los objetivos y contenidos que nos marca la Ley. Esta vía debe de ser la más importante para trabajar la Convivencia.
Es muy importante la obra a este respecto de Zurbano, con sus 3 libros de convivencia:

LOS PROBLEMAS CRECEN POR LA VIA CURRICULAR


En la formación inicial de las diferentes carreras universitarias no se nos prepara para la formación de actitudes y si para impartir conocimientos. Al profesor que evalúa las pruebas de acceso a la universidad, no le interesa si el alumno en cuestión se relaciona equilibradamente con los demás, si es solidario, si ayuda a los demás.

Comprobamos si han alcanzado los objetivos normalmente mediante exámenes, en los que es muy difícil saber por ejemplo si el alumno es tolerante con las normas establecidas. (Nos hicieron exámenes, nosotros hacemos exámenes). Y como comprobar en un examen si utilizarán este conocimiento para oprimir o para ayudar a otros.

Si optamos por la via curricular, tengo que dar prioridad a una serie de contenidos, tengo que optar por una serie de metodologías y tengo que evaluar capacidades relacionadas con la Convivencia. Porque nuestros alumnos piensan que: LO QUE SE EVALÚA ES LO QUE IMPORTA Y AQUELLO POR LO QUE MERECE LA PENA ESFORZARSE

Tendríamos entonces que plantearnos si la Convivencia tendría que tenerse en cuenta en las decisiones que intervienen en la promoción de un alumno : ¿Podría no promocionar un alumno por ser insolidario o sexista?

¿Tendríamos que evaluar negativamente a un alumno que en otros espacios y tiempos (considerados como no formales) demuestra que no sabe convivir?

Si obtienen excelentes calificaciones, pero aprenden a despreciarse, son insolidarios, son intolerantes ante los pensamientos de otro, tendríamos que cuestionarnos nuestra práctica educativa.

Los centros educativos deben de ser tolerantes, justos, solidarios. Si no se practican difícilmente se podrá educar en valores.

Habría que analizar por tanto el curriculum oculto. Jackson 1968 explicó que los alumnos son sujetos inmóviles, que están esperando continuamente (al profesor, al recreo, a la salida, a que lleguen los exámenes). Deben de ajustarse a las expectativas de los profesores y de los compañeros, deben de conseguir la aprobación de sus compañeros y de los profesores. Deben de conseguir el máximo número de recompensas y el mínimo número de castigos.

Definió este concepto como algo latente, que no está explicitado por profesores, por el sistema educativo, pero que INFLUYE en el APRENDIZAJE. Es difícil de percibir pero está presente: La forma de actuar de los profesores, la forma de decir las cosas, las rutinas que les marcamos, las valoraciones que hacemos. Todo esto define quien tiene poder, si son los profesores quienes tienen el poder de la evaluación, de la decisión, los que evalúan los que tienen algo que decir.

Les podemos hablar de la importancia del cambio climático y llegar en un todoterreno enorme y diesel que aumenta de la alergia en países industrializados

Les podemos hablar de cooperación y tener diferentes criterios de evaluación, profesores del mismo departamento.

Podemos hablarles de igualdad y prestar más atención a los chicos que a las chicas. O podemos relacionarnos más con aquellos alumnos con expectativas positivas.

No basta decir que existe evaluación continúa si son exámenes continuos. No basta con ir al aula de informática si sigue explicándose allí la lección y dictando apuntes.

PROPUESTA EDUCAR EN CONVIVENCIA A NIVEL CURRICULAR


Para educar en convivencia, se debe educar en valores. Para enseñar y evaluar valores nos debemos de centrar en las actitudes que es donde se manifiestan y realizan los valores. Los valores deben de ser entendidos a través de las actitudes.

En educación en valores se trabajan los 3 niveles o dimensiones de la persona: cognitivo, afectivo y conductual.

Tendremos que evaluar estas 3 dimensiones: Qué conocen, que sienten y cómo actúan nuestros alumnos en relación a la Convivencia.

En su momento se referían a 3 tipos de contenidos: conceptuales, procedimentales y actitudinales.

Nivel intelectual: Los conocimientos en relación a la convivencia son la base necesaria para que se asienten las conductas y los sentimientos. Se trabajaran como los conocimientos teóricos, con investigaciones, explicaciones, lecturas, contactos con la realidad. Qué es y que exige la convivencia

Nivel afectivo: No basta con los aprendizajes teóricos hay que suscitar sentimientos positivos hacia la Ed. para la convivencia. Fomentar actitudes favorables para la convivencia, mediante experiencias, testimonios, motivación.

Nivel conductual: La Ed. para la Convivencia será un éxito si las conductas que manifiesta el alumno son favorables para la convivencia. No sólo en el ámbito escolar, sino en cualquier ámbito de la vida. Son el resultado espontáneo a los otros dos niveles. No hay actividades para aprender conductas morales. Haremos lo que hacemos siempre VER-VALORAR-ALABAR-CORREGIR-COMENTAR

Hay áreas relacionadas con la convivencia más teóricas, más prácticas (más procedimentales) de dimensión social, de relaciones. Pero todas las áreas pueden educar actitudes relacionadas con la convivencia: Respeto a los demás, no discriminación, aceptación, colaboración, cooperación, competición, recreación, ayuda, solidaridad, tolerancia, participación, valoración, expresión de sentimientos, relación, comunicación …

EVALUACIÓN DE LA CONVIVENCIA


Para la evaluación de la convivencia se deberían alcanzar unos mínimos exigibles a cada alumno, no unos mínimos comunes. Tendríamos que evaluar con funciones de regulación por parte del profesorado (cómo están aprendiendo nuestros alumnos-as, cuáles son sus dificultades, para ayudar a mejorar las posibilidades de aprendizaje) y autorreguladora por parte de nuestros alumnos-as ( el alumno debe de ser protagonista , ser cada vez más autónomo, tomar decisiones, superar obstáculos e ir configurando su propia manera de aprender).

Debemos plantearnos si tenemos o no que devolver el papel de la evaluación a los alumnos-as y que ellos-as vayan apropiándose de los criterios de evaluación. La autoevaluación y la coevaluación pueden resultar especialmente útiles en la evaluación de las actitudes de la Educación para la Convivencia Pacífica, porque ayudan a potenciar, entre otras capacidades, la autoestima, la autonomía, la relación e inserción social y el compromiso con los demás.

Evaluar es un PROCESO en el que RECOGEMOS DATOS, LOS ANALIZAMOS-ENJUICIAMOS Y TOMAMOS DECISIONES para mejorar el aprendizaje en relación a actitudes y valores básicos para una buena convivencia.

Tenemos que ser conscientes que es absolutamente imposible evaluar el progreso de cada uno de nuestros alumnos-as en el aprendizaje de todos los contenidos (NO SOLO DE CONVIVENCIA SI NO DE TODO EL CURRICULO). No hay tiempo material para ello. Por lo tanto hay que priorizar atendiendo a las características de nuestro Colegio, de lo que necesite la comunidad educativa.

Hay que buscar instrumentos que sirvan, para evaluar inicialmente, formativamente y sumativamente, que sean adecuados para evaluar el aprendizaje de contenidos de distinto tipo (conceptuales, procedimentales, actitudinales), en relación a la convivencia. Que posibiliten decisiones de regulación y de autorregulación. Cualquier instrumento que nos permita recoger sistemáticamente información, analizarla y tomar decisiones que ayuden a que el alumnado aprenda mejor, es un buen instrumento de evaluación. (ver-juzgar-actuar)

Para ello debemos de superar el mito de la objetividad de la evaluación. Ya que esta objetividad es una entelequia. La evaluación no puede desligarse de una cuestión de valores. Por eso debemos de centrarnos en la sistematicidad y la rigurosidad.

En convivencia uno empieza captando un valor (teniendo conciencia de algo), prefiriendo ese valor (por diferentes razones me gusta), me adhiero a ese valor(lo considero valioso y lo hago mío) realizo ese valor (lo pongo en práctica) me comprometo (forma parte de mi proyecto de vida) y por último lo comunico para que sea captado por otros.

Lo Capto-Lo Prefiero- Lo adhiero-Realizo-Me comprometo-Lo comunico

El uso de hojas de observación o de registro (actitudes de convivencia en relación a si mismo, a los demás, a la asignatura, a las normas nos puede ayudar.

Por último y para finalizar: Tendremos que ADAPTAR NUESTRA ENSEÑANZA A LAS POSIBILIDADES Y POTENCIALIDADES de cada alumno.

Es muy distinto creer que un alumno no debería estar en un Colegio porque es problemático y no se adapta a las condiciones del Colegio, o creer que debemos de hacer algo para dar respuesta a sus necesidades.

Diversidad, significa diferencia, y la diferencia es una característica humana, es algo natural y normal. Hay alumnos diferentes y difíciles, pero también profesores difíciles y con características distintas. Educar atendiendo a la diversidad significa asumir que chicos y chicas, con características distintas, tienen que educarse juntos y que, por lo tanto, hay que tomar decisiones adecuadas para que ello sea posible.

Alumnos problematicos siempre van a existir, pero la educación trata de compensar desigualdades y trata de desarrollar el potencial de la persona, más que de seleccionar o sancionar.

Es muy diferente evaluar para acreditar, certificar, que para favorecer el proceso de aprendizaje. La información sobre convivencia tiene que reflejar el PROCESO seguido por el alumno, no basta con los resultados conseguidos la final del proceso. Esta información tiene que señalar progresos y dificultades, resultados, y orientaciones de cara a reforzar los éxitos y de cara a superar obstáculos y dificultades.

Los resultados pueden contrastarse con los del conjunto del grupo, pero lo más importante será informar acerca de la evolución seguida por el alumno o la alumna. Esta información dice mucho sobre su progreso y sobre sus posibilidades futuras y, además ayuda al alumno en cuestión a saber si está avanzando para motivarle y para reforzar sus expectativas positivas.

Para saber más de la evaluación...